Miraro Samaco Adualio, un dios entre las sombras

 





     Delante de la puerta de entrada al recinto medieval de Granadilla, en Cáceres, apareció un ara votiva de granito que aludía a una divinidad indígena desconocida hasta entonces: "Miraro Samaco Adualio". Pero los epigrafistas se encontraron con un serio problema, el granito es una piedra que, ante los cambios climáticos se vuelve frágil, se rompe, se deteriora con facilidad de forma que los aras de la región occidental de Hispania, casi todos de granito, son muy difíciles de interpretar y transcribir, pues desaparecen caracteres, parcial o totalmente, incluso líneas enteras del campo epigráfico.

    Otro problema es la falta de aras con inscripciones iguales o parecidas con las cuales comparar los nombres de dioses, a veces, tenemos la sensación de que cada una de ellas contiene una dedicación a un dios diferente. Por una parte, eso nos permite pensar en la existencia de un extenso panteón religioso, pero a la vez, tal politeísmo lleva a confusión y división de opiniones entre los más prestigiosos historiadores de la Hispania prerromana. 






"Miraro/Smac[o?]/Aduali[o?]/ex voto/,atris A/[(-- -)]Rufinus/Rufi Cada (ri?) (filius?)"

    

Salas y Burgaleta, publicaron la hipótesis de que Miraro Samaco Adualio podría ser el nombre completo de la divinidad, un teónimo "Miraro" seguido de dos epítetos, "Samaco" y "Audalio". Más adelante, Olivares Pedreño, matizó esta idea, encontrando más lógico aceptar como nombre sólo Miraro, y proponiendo otra interpretación : Samacia Dualina, sería la madre de Rufinus. Ella habría mandado construir el ara como promesa, voto (ex voto) al dios Miraro. Aunque finalmente el voto terminara siendo cumplido por el hijo. La expresión "Cada(---)" podría aludir al origen de Rufinus, quizá Cadarnavaegium, un topónimo que sí aparece en una lámina de bronce.

    El ara se ha fechado en el siglo I, y se ha vinculado al pueblo vetón al tener en cuenta que la zona que ocupa la actual Granadilla, donde fue hallado, pertenecía entonces a Cáparra, el antiguo municipio romano de Capera, dentro del territorio vetón. 

    En todo caso, del dios Miraro sólo conocemos su nombre, y de forma incompleta. No sabemos qué representaba su culto para el pueblo vetón, si era una divinidad de carácter astral, o tipo céltico, o una de las muchas divinidades locales vinculadas a accidentes topográficos, a una montaña, a un río, a un bosque...Hemos, en todo caso, de esperar a que aparezcan nuevos rastros, otros vestigios epigráficos que nos permitan comparar y así, conocer mejor a este dios que se nos oculta entre las sombras.





Fuentes:


BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, J.M. "Teónimos indígenas de Hispania: addenda y corrigenda". Palaeohispanica 1, 2001, pp. 63-85.

HISPANIA EPIGRAPHICA On line Database-Search Results. eda-bea.es

OLIVARES PEDREÑO, J. C. 2019. "Revisión de seis inscripciones en altares votivos dedicados a deidades lusitanas y vetonas". Veleia, 36, 149-162. https://doi.org/10.1387/Veleia.19066

SALAS MARTÍN, J. y BURGALETA MEZO, J. "Miraro Samaco Adualio, una nueva divinidad vetona". Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, t. 9, 1996, págs. 281-288.

SÁNCHEZ MORENO, E. "Aproximación a la religión de los vetones: Dioses, ritos y santuarios". Studia Zamorensia. Segunda etapa, vol. IV, 1997, 115-147. Dialnet.



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