Tierra de verracos
He tardado en decidirme a escribir algo sobre los verracos, esas esculturas zoomorfas que identifican y demarcan geográficamente al pueblo vetton, grandes moles de piedra que parecen guardar silencio sobre los siglos transcurridos ante sus ojos ciegos. No sabemos demasiado sobre ellos, de su presencia misteriosa y constante, y las teorías sobre su significado se suceden en el tiempo sin que ninguna nos acabe de satisfacer, ni siguiera los cronistas romanos, ni visigóticos, ni islámicos nos dejaron noticia de ellos. Hablamos de unas cuatrocientas esculturas realizadas en granito que suelen representar cerdos y toros machos, y también algún jabalí, sin contar los que aún quedan por aparecer. Suelen alcanzar entre uno y dos metros y medio de longitud y su origen podríamos remontarlo a influencias del sureste peninsular donde ya los fenicios esculpían figuras zoomorfas en arenisca o en caliza. Un claro problema a la hora de estudiar estas esculturas es el hecho de no haber apare